GLOBAL PRO GALLERY

Para capturar imágenes de aves salvajes volando en grandes espacios al aire libre he viajado por todo Japón y por todo el mundo. El destino para este viaje fueron las islas de Malasia Langkawi y Borneo. En Langkawi buscaba principalmente aves de presa, tales como el águila pescadora petiblanca o el milano de Brahminy, así como los martines pescadores que anidan en las selvas de manglares. En Borneo, el pequeño pinzón de Eumiyas en las estribaciones de las montañas Kinabalu.

Se requiere un teleobjetivo extremo para la fotografía de aves salvajes y el objetivo de 800 mm 1:5.6 es considerado ”el objetivo estándar”. Cuando se utiliza un sistema de cámara de gama alta SLR de formato completo, este pesa aproximadamente seis kilogramos y con un trípode puede llegar hasta los 10 kilogramos. Con esto en mente, combiné la OM-D E-M1 con el M.Zuiko Digital ED 300 mm 1:4.0 IS PRO y un teleconvertidor de 1,4x para lograr hasta unos 840 mm y 1:5.6 con un peso de solamente dos kilogramos. Con seis pasos de estabilización de imagen no necesité un trípode, lo que hizo que mi equipaje fuera significativamente más ligero.

De hecho, todas estas tomas las hice mientras sujetaba la cámara con la mano. Cuando fotografié el martín pescador de collar, me aproximé lentamente por encima de un terreno irregular sin utilizar ningún trípode para no asustarle. A pesar de que la selva es oscura y la probabilidad de una imagen temblorosa era alta, el obturador silencioso amortiguó el movimiento de la cámara para conseguir un rendimiento de estabilización de imagen excelente, lo cual permitió capturar la toma perfecta a una velocidad de 1/30 seg.

A pesar de la oscuridad, quedé impresionado con la calidad de la imagen de cada una de sus plumas que se mostraban con todo detalle incluso con el ajuste de apertura más amplio.